Los Salmos y los Himnos han sido en la tradición de la Iglesia un modo privilegiado de encuentro con el Señor, por medio de ellos la comunidad reunida alaba a su Señor.
En ellos encontramos la profesión de fe y la confianza en la acción del Creador, o la súplica en el momento de la aflicción. Hoy podemos unirnos a la Iglesia y rezar cantando por nuestras propias intenciones.
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Música: J. Gelineau. Traducción: B. Villegas y otros.
Detalle del CD:
- El Señor es mi Luz y Salvación - Salmo 27 (26)
- Cántico de María (Magnificat) - (Lc. 1,46-55)
- Al Abrigo del Altísimo te Amparas - Salmo 91 (90)
- Favorecistes, Señor, a tu Tierra - Salmo 85 (84)
- Himno de la tarde I “Cuando la luz del sol está en declive…”
- En Ti, oh Señor, yo Confío - Salmo 25 (24)
- Piedad de Mi (Miserere) - Salmo 51 (50)
- Himno de la Mañana I “Cuando Señor, Florece un nuevo día…”
- Cuando el Señor Cambió la Suerte de Sión - Salmo 126 (125)
- Himno de la Tarde II “Venga, Señor, cansado del trabajo…”
- Junto de los Ríos de Babilonia - Salmo 137 (136)
- Cántico de Simeón (Nunc Dimitis; Lucas 2,29-32)
- Cantad al Señor - Salmo 98 (97)
- Himno del Espíritu Santo “Ya Cristo sube a los cielos”
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