El Miercoles de Ceniza - Comentario, Repertorio Sugerido

El Miércoles de Ceniza es un día privilegiado litúrgicamente hablando, ya que en la tabla de los días litúrgicos según la precedencia aparece en el segundo grupo, al mismo nivel que los domingos de Adviento o la octava de Pascua por ejemplo.

En ese día comienza uno de los llamados “tiempos fuertes”: la Cuaresma.
Es día de ayuno y abstinencia (como el Viernes Santo) y la Liturgia nos presenta presenta el rito, característico, de la imposición de la ceniza.

En la Misa de ese día se bendice y se impone la ceniza, hecha de los ramos de olivo o de otros árboles, bendecidos el año precedente.

Se omite el acto penitencial, que se sustituye por la imposición de la ceniza, después de la homilía.
Tras una oración impone en la cabeza o la frente la ceniza a los presentes con cualquiera de las dos fórmulas que propone el Misal:
- “Convertíos y creed en el Evangelio” o bien
- “Acuérdate de que polvo eres y al polvo volverás”.

Es conveniente que el sacerdote presidente también se la imponga o le sea impuesta por algún fiel. Debe ser el primero en dar ejemplo de que se suma también a ese camino de conversión.

Después sigue la Oración de los fieles y comienza normalmente la Liturgia eucarística. No se dice el Credo.
También existe la posibilidad de imponer la ceniza fuera de la misa. En este caso debe ir acompañado el rito con una Liturgia de la Palabra.

Los días posteriores a este miércoles, hasta el primer domingo de Cuaresma, se llaman jueves, viernes y sábado después de Ceniza.
El color morado de las vestiduras sagradas es el propio de este tiempo.

Haciendo un poco de historia de este rito al principio se limitaba a los penitentes públicos, o sea, al grupo de pecadores que recibirían la reconciliación el Jueves santo. Desde el siglo XI comenzó a aplicarse este rito a todos los cristianos. Toda la comunidad se reconocía pecadora y se convirtió en un gesto de conversión cuaresmal.

La ceniza nos recuerda nuestra condición débil y caduca. Además, somos pecadores.

En el Antiguo Testamento hay numerosos ejemplos del uso de la ceniza como elemento penitencial y de arrepentimiento, Baste esta cita: “Josué desgarró sus vestidos, se postró rostro en tierra y todos esparcieron polvo sobre sus cabezas y oraban a Yahve” (Jos7,6).

Repertorio Sugerido:
Canto procesional de entradaNos has llamado al desierto (Antonio Alcalde)
Salmo: Tomado del Libro del Salmista (Coeditores Liturgicos) - Pag. 76
Aclamación antes del Evangelio: Señor Tu tienes palabras (A.Alcalde) - Sal. 94, 8ab
Imposicion de la ceniza: Convertíos al Señor (A. Alcalde), Con estas cenizas (L. Montgomery), Perdon Señor (J.A.Espinosa), Convertíos (J. Madurga).
Canto procesional de Ofrendas: Te ofrecemos Señor (F. Palazon)
Sanctus: Santo (L. Elizalde)
Padre Nuestro: Padre Nuestro (M. Gregoriana)
Agnus Dei: Cordero de Dios (Misa Sinodal - Francisco Palazon)
Canto procesional de Comunion: Porque nos invitas (C. Gabarain), Dios no quiere la muerte (C. Gabarain)

Hacia la Pascua - Antonio Alcalde

Al celebrar la Pascua , se hace la invitacion a peregrinar con Jesus y convertirnos en el fermento de un mundo nuevo.

De esta manera, Antonio Alcalde, en colaboracion con Bernardo Velado Graña (delegado diocesano de liturgia de Astorga, España), nos presentan esta produccion discográfica en la que nos invitan a ascender a la santa montaña de la Pascua a traves de los grandes temas cuaresmales como son: La Pascua (todo el dinamismo progresivo de la cuaresma se centra en ella), la conversion, la travesia del desierto, la Alianza siempre renovada y fiel, la montaña sagrada (el Sinaí, el Horeb, el Tabor, el Calvario) ; los sacramentos pascuales.


DESCARGAR

Dominus Redemptor - Cantori Gregoriani

Esta propuesta incluye piezas musicales para el tiempo litúrgico de Cuaresma, a cargo de los "Cantori Gregoriani".

Este coro de voces masculinas, dirigido por Fulvio Rampi, se compone de elementos que han hecho estudios especiales en el Instituto Pontificio de Música Sacra en Milán, y tiene una actividad muy intensa de conciertos en Italia y en el extranjero.

DESCARGAR

Alabemos al Señor - Joaquin Madurga

Joaquin Madurga antes de lanzarse a la aventura de la grabación y edición en disco de sus canciones experimentó durante varios años en vivo el efecto que producían sus melodías en chicos y grandes.

Eran sus primeros pinitos en busca de un tipo de canción religiosa en el que se alternase la calidad musical y la sencillez del sentido pastoral de las letras y su adaptacion al momento actual.

"Alabemos al Señor", es un disco de alabanza y reflexión porque en la alabanza y la reflexión empieza el camino que pasa por todas las posibles evoluciones e involuciones de la vida de cada uno de los creyentes. En sus melodias se recogen los distintos momentos de la vida litúrgico-cristiana desde el canto de esperanza de Adviento - Manda Señor al Salvador - hasta el canto de gloria de la Ascensión - Resucitó aleluya - pasando por los tiempos de Penitencia - Perdónanos nuestras culpas - Eucaristía - Un mandamiento dió el Señor - , Alabanza - Alabemos al Señor - , etcétera.

"Alabemos al Señor", es un disco nacido en el pueblo e interpretado durante varios años por el pueblo de la Parroquia Santiago de Pamplona antes de adquirir su forma discográfica definitiva.


DESCARGAR



Introducciones a los cantos

ALABEMOS AL SEÑOR
Existe una corriente del pensamiento religioso actual que centra toda su fuerza en una actitud de espera y a la vez, de alabanza, para que la espera no sea tan larga. Tambien nosotros podemos unirnos con toda la Iglesia en un canto de alabanza al Dios grande, al Dios bueno, al Dios Santo que nos ama por encima de todas las cosas y cuyo amor no tiene fin. Nuestro canto de alabanza sera correspondido.

PERDONANOS NUESTRAS DEUDAS
Nunca es mas grande un hombre que cuando reconoce su error y pide perdón por el daño causado, no solo con sus palabras, sino con su vida. El Señor siempre está dispuesto a perdonarnos. Nos ha puesto una condición si queremos obtener su perdón que nosotros seamos capaces de perdonar las ofensas de los demás. En nuestras manos está que aceptemos o no. El, mientras tanto, sigue esperándonos.

UN MANDAMIENTO DIO EL SEÑOR
Jesús, perfeccionando la Ley de Moises, redujo los diez mandamientos a uno - Amaos vosotros lo mismo que amo Yo. - Nadie ama mas que quien da su vida por el amado -. Jesús predico con el ejemplo. Nos dio un mandamiento nuevo. El mandamiento del amor.
Amor sin limites, Amor sin barreras, Amor correspondido, Amor con mayúsculas. Un mandamiento nuevo os doy "Que os ameis lo mismo que amo Yo".

RESUCITO, ALELUYA
Nos dice San Pablo - Si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe -. Pero ha resucitado y la celebració cristiana de la resurrección de Jesus es motivo de alegría. Jesús ha vencido definitivamente a la muerte y nos ha ganado a una vida nueva. Alegría y gozo mis hermanos. El Señor ha resucitado Alegria y gozo sin miedo. El Señor está con nosotros y está para siempre. Nadie nos lo puede quitar.

ALELUYA
La liturgia usa la palabra Aleluya para manifestar su alegría. La repite constantemente en Navidad y
en Pascua. La incluye en la celebración eucarística, entre las lecturas invitándonos a esa alegria sana y serena que caracteriza quienes tienen la conciencia tranquila del deber bien cumplido.
Aleluya Aleluya Cantemos. Celebremos nuestra alegría. El Señor es grande y siempre está con nosotros.

VAMOS BUSCANDO
Triste es nuestro caminar cuando los hombres centramos todas nuestras aspiraciones en las cosas vanas y sin transcendencia de la vida y corremos tras ellas hasta caer agotados por el esfuerzo sin haberlas conseguido. Estamos ciegos y eso que Jesus como el vigía del faro nos ilumina el camino, el único camino, la vida, la unica vida y la verdad, esa verdad que calma todas las aspiraciones.

UNIDOS EN LA VIDA
Ultimamente hemos oido frases como estas "la unión hace la fuerza", "el pueblo unido jamás sera vencido" y otras de matiz muy parecido. Todos están de acuerdo que cuando juntos luchan por un ideal tienen la seguridad de la victoria final. ¿Por qué fallan éstas uniones?.
Predominan los intereses particulares sobre el general. Este mismo peligro lo corre el cristiano cuando la fracción del pan no sirve de unión.

ALELUYA, CRISTO RESUCITO
Gloria gloria al Señor. Resucitó Aleluya.
La creación entera se une a nuestra alegría. Los campos empiezan a poblarse de colores. Los pajarillos pasado el invierno han vuelto.  ¿Y los hombres?. Todo nos invita a la alegria. El cristiano que se ha preparado durante la Cuaresma para celebrar la Pascua puede empezar ya a dar el fruto, cada uno según sus posibilidades.

MANDA, SEÑOR, AL SALVADOR
Los hombres nos quejamos con demasiada frecuencia de que las cosas van mal la familia, el trabajo, las relaciones con los vecinos, la vida. Y decimos que así no podemos seguir. Tambien nosotros necesitamos un salvador: Jesús ven.
Senor mándanos un Salvador que nos enseñe a vivir en un mundo más humano. Un mundo en el que los hombres seamos capaces de amarnos como hermanos.

MADRE, QUERIDA MADRE
Solemos decir que madres no hay mas que una, la nuestra. No está mal que de vez en cuando nos
acordemos de ella y le cantemos nuestro agradecimiento por haber tenido la suerte de tener una madre como ella. Cantémosle pidiendole a la Madre de las madres Maria que ella la proteja, la cuide y le sirva de guía. María tú que fuiste madre oye mi oración Ave Ave María. Ahí esta mi madre.

Descubrenos Tu rostro - Antonio Alcalde


La Iglesia, que desea cada año renovarse espiritualmente con la oración, la limosna y el ayuno, los catecúmenos que se preparan para el bautismo, y los penitentes que quieren reconciliarse con Dios con motivo de la Pascua, tienen en la Cuaresma un «sacramentum quadragesimale» , un itinerario de gracia que han de recorrer gozosamente, iluminados por el fulgor que reverbera de la Pascua

Cristo, que se encamina a Jerusalen para culminar el misterio pascual de su vida, muerte y resurreccion, es el protagonista, modelo, maestro y acompañante de nuestra escalada cuaresmal.
Hemos de vivir con El el misterio del dolor y de gloria, de muerte y de vida

DESCARGAR


Introducciones a los cantos

Descúbrenos tu rostro. En este canto invocamos a Dios, nuestro Padre, que nos conoce y nos ama Nos presentamos ante El sin mas títulos que el de pecadores, rogando que nos descubra su rostro, su verdadera imagen de Dios cristiano, el Dios misericordioso, Dios del perdon que manifiesta su grandeza perdonandonos. Recurrimos a Cristo, que vino a buscar a los pecadores y murió para darnos vida. Por fin, pedimos al espiritu del amor y la paz nos dé un corazón reconciliado, sentirnos hyos con el Hijo y hermanos universales.

¿Quien te ha condenado?. Pocas escenas evangelicas patentizan de modo mas emocionante el rostro misericordioso de Dios en Cristo como ésta de la Adultera perdonada (Jn 8, 2-11) . El coro escenifica el impresionante dialogo de la Misericordia encarnada y la Miseria pecadora. El canto teologiza Cristo inocente no condena, no humilla, enaltece al perdonar, haciéndonos sentir hijos de Dios.

Perdonas y olvidas. Se multiplican los acentos cuaresmales en esta composicion. Regalo de este tiempo favorable en que Dios, Creador y Padre nos perdona por el gran amor que nos tiene. Si grandes son nuestras culpas, mayor es su misericordia. Los redimidos por su sangre, pedimos a Cristo que lave nuestros pecados, sane nuestras heridas y nos llene de esperanza y de alegro. Prometemos escuchar su Palabra y ser fieles a la Alianza como hombre nuevos, cantando hacia la Pascua.

Mirarán al que traspasaron (Jn 19,37, Zac 12,10) . El crucifijo es un libro abierto escrito con sangre caliente que brota de un corazón y unas llagas abiertas por las que se revela la ternura del Padre. Cristo inmolado se lamenta «Pueblo mio, ¿por que me has crucificado?» Como Zacarias profetizo «Mirarán al que traspasaron» sus pies peregrinos, clavados, la corona de espinas, las manos divinas, taladradas. «El corazon tiene abierto / por la herida del costado / es la ternura del Padre / la que se esta revelando» .Se siguen oyendo los improperios de Jesus desde la Cruz.

Un buen samaritano. Jesús se retrató de maravilla en esta hermosa parabola que nos refiere San Lucas 10,30-37. Aparecen en la escena los más obligados a observar la caridad, y el extranjero hereje (Jn 8,48) de quien normalmente no se podía esperar más que odio. El canto es una sencilla catequesis de lo que no es y sí es ser «buen samaritano». El coro insiste suplicante «Hazme, Señor, un buen Samaritano».

Quiero creer. Este lindo romance agudo, de 8 octosilabos, con estribillo, que se canta en los laudes de la 2da semana del salterio, parece una nostalgia de la inocencia bautismal que hemos de recuperar con las practicas cuaresmales, la penitencia, la escucha de la Palabra de Dios, cuanto ayude a iluminar y fortalecer nuestra fe. Todos somos ciegos como el de nacimiento curado por Jesús (Jn 9,1-41) y Nicodemo (Jn 3,1-21) a quien Jesús advirtió de la necesidad de renacer por el agua y por el Espíritu para entrar en el reino de Dios.

Convertíos a mí. La Cuaresma es tiempo de conversion «Convertíos y creer en el Evangelio» (Mc 1,15) Insisten los profetas (Jeremías, passim), el Bautista (Mt 3,2), Jesús (Mt 4,17, Lc 5,32, 13,3 5), sus discípulos (Mc 6,12, Lc 24,47), Pablo (Hch 20,21, 26,26). La conversión verdadera es «metanoia» (cambio de mente), pero acompañado de la conversion a Dios Penitencia y conversión autenticas son condicion necesaria para la salvación que ofrece el reino de Dios.

Señor, escúchanos. Decir «Attende, Domine» es evocar el tiempo sagrado de la Cuaresma del que es himno clásico. Sería una pena que por desuso del latín se olvidara esta hermosa y tradicional melodia. Para intentar evitarlo, se ha hecho esta versión rítmica, ajustada a todos los acentos gregorianos «Señor, escúchanos, ¡misericordia! Contra Ti hemos pecado».

Sola con tu Soledad. (A la Virgen de los Dolores). Después del entierro del Señor el Viernes, y durante el Sabado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro meditando su pasion y muerte, en espera de la resurreccion. La Virgen de la Soledad nos acompaña y nosotros la acompañamos a Ella «Blanca Paloma / no queremos tus hijos / dejarte sola» «Virgen y Madre / deja que compartamos / dolor tan grande». Si queremos saber algo de un hijo muerto, preguntemosle a la madre el hijo sigue viviendo en su corazón. «Y llegara el Domingo / muy de mañana / Al Hijo amado / tu veras la primera / resucitado».

Fórmulas breves para orar. Son muy oportunas para las celebraciones liturgicas, como antifonas del salmo responsorial, de donde estan tomadas. Y para otros momentos de oracion. Son muy sencillas.

Errores más frecuentes cometidos en la Celebración Eucarística

Sin ánimo de ser exhaustivos vamos a hacer una breve relación de aquellos errores o costumbres más comunes cometidos durante la celebración eucarística que no se ajustan a las normas litúrgicas con el único ánimo de ayudar a corregirlos en lo posible teniendo presente que lo más importante en la Eucaristía es, como no puede ser de otro modo, la participación en ella con un corazón devoto y fraterno y que los errores citados no son de bulto ni anulan por supuesto la validez del acto sacramental. 

No obstante no deben menospreciarse las normas litúrgicas ya que toda la liturgia está llena de símbolos y significados que si se pierden convertirían la acción litúrgica en pura escenografía.

A) POR PARTE DE LOS FIELES
Leer la Monición inicial (cuando lo hace una persona distinta del presidente especialmente un laico) antes de entrar el celebrante al presbiterio o durante la procesión inicial. El momento adecuado de pronunciarla es tras el saludo inicial del presidente a la Asamblea.

Acabar las lecturas diciendo “Es palabra de Dios” en vez de “Palabra de Dios” (también el sacerdote lo hace a veces).

Los lectores deben omitir la frase “Primera o Segunda Lectura” y pasar directamente a decir de quién está tomada la Lectura sin más. De igual modo no debe decirse “salmo responsorial” sino pasar directamente a la lectura de los salmos.

Omitir la reverencia o hacérsela al sacerdote en vez de al altar cuando suben a realizar alguna lectura o para la Oración de los fieles.

Permanecer sentados durante la oración sobre las ofrendas. Es el momento más importante de esa parte de la Misa y todas las oraciones de la Misa se deben oír y responder de pie, que es la actitud propia del orante y del pueblo en marcha y dispuesto. La costumbre de oír sentados esta oración está generalizada y es de difícil desarraigo.

Permanecer de pie durante el momento de la consagración (aunque por razones de edad, incomodidad del lugar, masificación u otras causas se puede permanecer de pie). En cualquier caso la Iglesia nos pide una actitud y postura común como símbolo de unanimidad.

Recitar junto con el sacerdote la doxología final que cierra la Plegaria eucarística (Por Cristo, con Cristo, etc). El pueblo debe limitarse a responder AMEN como rúbrica y asentimiento de todo lo anterior. No es un AMEN "borreguil" sino un AMEN de compromiso, de afirmación, que ratifica por el pueblo lo sucedido en el altar.

Leer la Oración de los Fieles desde el Ambón. El Ambón está reservado a la Palabra de Dios y ni la homilia ni la Oración de los Fieles es Palabra de Dios. No obstante se puede hacer desde allí siempre que no haya otro lugar adecuado ya que aunque no es su sitio preferente tampoco la OGMR lo excluye taxativamente (OGMR 309).

Dar golpes triples con el incensario ya que siempre deben ser dobles. Esto es extensible al sacerdote cuando usa el incensario.

Cuando se comulga en la mano la Sagrada Forma se ha recibir con la palma de la mano izquierda abierta y cogerla con la derecha para llevarla a la boca, no tomarla directamente de manos del sacerdote. El símbolo consiste en que es un don que se recibe (lo anterior no excluye otras formas como la de tomar cada fiel su Pan y mojarlo en el Vino o fórmulas parecidas dependiendo del carácter de la celebración).

Para finalizar diremos que en la procesión de las ofrendas se deberían llevar al altar sólo objetos que sean donaciones para el servicio del mismo o regalos para los pobres (por ejemplo el resultado de la cuestación hecha entre los fieles o flores) aunque se ha puesto de moda llevar al altar todo tipo de objetos (guitarras los miembros del coro, libros los catequistas, etc) lo cual puede justificarse pastoralmente pero sin abusos. Lo primero que debe llevarse siempre es el Pan y el Vino.

B) POR PARTE DEL SACERDOTE.
Predicar desde el ambón. Es preferible hacerlo desde otro lugar más adecuado aunque no está prohibido si no hay otro lugar elegible.

Lavar los vasos sagrados (ablución) después de la comunión en el altar. Debe hacerse o bien al acabar la Misa o discretamente en la credencia. La ablución no tiene ningún valor litúrgico y por eso se prefiere fuera del altar ni es preciso que la haga el Presidente, más bien es competencia de diáconos o acólitos. Debe hacerse sólo con agua.

No mirar hacia el ambón cuando se está proclamando el Evangelio por el diácono o bien por otro concelebrante diferente del Presidente. Todos los que permanecen en el altar deben girarse ligeramente y mirar al Ambón mientras se proclama el Evangelio. El protagonismo está en ese momento en la Palabra.

Disponer el altar lleno con los objetos precisos para la celebración eucarística para “tenerlo todo a mano” por comodidad (vinajeras, cáliz, misal, patena, etc). El altar debe permanecer lo más escueto posible y colocar sobre él los objetos según se vayan necesitando, retirándolos cuando dejan de usarse. A veces cuesta distinguir al sacerdote tras la cantidad de objetos allí depositados, a los que a veces se suman floreros con ramos de flores y velas en candelabros.

“Inventarse” textos con las oraciones de la Misa, especialmente en la Plegaria eucarística, alegando razones pastorales de difícil justificación. Además de estar expresamente prohibido no hay mejor pastoral que una Liturgia bien hecha.